Articulada en torno a tres paneles de intervención, la primera jornada europea sobre el valor del agua en el contexto europeo y en el Pacto Verde Europeo, pone el foco de atención en la nueva estrategia de la UE sobre adaptación al cambio climático, dada a conocer el pasado mes de febrero. Y que reconoce que “la escasez de agua en la UE ha afectado a actividades económicas tan diversas como la agricultura, la acuicultura, el turismo, la refrigeración de centrales eléctricas y el transporte de carga por los ríos. Afecta no solo a la economía, sino también a la salud y el bienestar de los europeos, que sufren cada vez más olas de calor (a nivel mundial, el desastre más mortífero de 2019 fue la ola de calor europea con 2500 muertes). También plantea riesgos para la seguridad alimentaria, agrava las desigualdades sociales existentes y amenaza el patrimonio cultural. La UE ya se ve y se verá cada vez más afectada por los impactos climáticos fuera de Europa a través de efectos en cascada y de desbordamiento en el comercio o la migración”.

A pesar de la más que evidente importancia del valor del agua en la reconstrucción del sistema y que favorece una transición ecológica, el papel del agua ha quedado “diluido” en los fondos de reconstrucción europeos; así como en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia España Puede, a pesar de poner el foco en la importancia de la transición ecológica y la digitalización para lograr una nueva economía más social y sostenible.